Marisa Valle Roso y la Tonada Asturiana en el Siglo XXI: Tradición y Vanguardia
La tonada asturiana, ese canto ancestral que brota de lo más profundo de la identidad del norte, encuentra en Marisa Valle Roso una de sus máximas exponentes contemporáneas. Natural de Langreo, esta joven artista ha logrado tender un puente entre el pasado y el presente, renovando un género tradicional sin perder el respeto por sus raíces.
Tradición asturiana con mirada contemporánea
Marisa creció en un entorno en el que la canción asturiana era parte del día a día. Su primera etapa como intérprete estuvo marcada por la fidelidad al estilo clásico de la tonada, pero con el tiempo comprendió que esa herencia también podía evolucionar. Hoy, su música no solo honra a sus antepasados, sino que se atreve a cuestionar, reinterpretar y actualizar ese legado.
En su propuesta actual, la tonada asturiana se mezcla con ritmos contemporáneos, guitarras eléctricas, sintetizadores e incluso con estructuras narrativas que rompen el molde del folclore convencional. Todo esto sin renunciar a la emoción desgarrada y a la expresividad que definen el género.
Una voz comprometida con su tierra y sus mujeres
Más allá del aspecto musical, Marisa Valle Roso pone en valor las historias de mujeres asturianas que durante décadas permanecieron en silencio. A través de sus letras, rescata la memoria oral de su tierra, componiendo canciones que son tanto homenajes como reivindicaciones. En sus versos aparecen abuelas, mineras, madres, niñas y mujeres anónimas cuyas voces, gracias a su trabajo, hoy vuelven a escucharse.
Esta perspectiva femenina no es un adorno, sino parte esencial de su propuesta artística. Cada canción es una ventana a la Asturias profunda, emocional y a veces olvidada, pero contada desde una sensibilidad actual.

En lugar de reproducir fórmulas del pasado, Marisa apuesta por vivir la tradición desde el presente. Cree que la mejor forma de conservar el folclore es haciéndolo evolucionar. Por eso, en sus directos y discos conviven tonadas tradicionales con composiciones propias, todas atravesadas por una estética que une lo popular con lo moderno.
Su trabajo demuestra que la música asturiana no es un recuerdo del ayer, sino un lenguaje vivo, capaz de dialogar con las nuevas generaciones sin perder su esencia. Así lo ha demostrado en escenarios como el Café Berlín de Madrid, donde ha cautivado al público más allá del ámbito local.
La tonada asturiana en el siglo XXI
Lo que Marisa Valle Roso propone no es una ruptura, sino una expansión del significado de “tonada asturiana”. Con cada nota, con cada palabra, amplía los límites del género y lo introduce en una conversación más amplia sobre identidad, territorio, género y evolución cultural.
Gracias a artistas como ella, la tonada asturiana tiene futuro, presencia y profundidad. No se trata solo de mantener vivo un estilo musical, sino de hacer que siga latiendo con la fuerza de nuevas historias, nuevas sonoridades y nuevas emociones.